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Fiestas del Toro Enmaromado

(Declaradas de Interés Turístico Regional)

Las fiestas del “Toro Enmaromado” de Benavente están declaradas desde 1991 de Interés Turístico Regional. Suelen durar una semana, aunque el “día grande” de las fiestas es el miércoles anterior a la festividad de Corpus Christi. En este día, los mozos corren agarrados a una larga maroma sujeta a las astas del toro. Las peñas, las charangas y las verbenas contribuyen a crear un gran espectáculo de música y colorido.

La carrera del “toro enmaromado” tiene lugar por un itinerario fijo que discurre por diversas calles de Benavente. En la tarde del miércoles el astado realiza su espectacular carrera desde el toril, precedida por el estruendo de tres cohetes o bombas que anuncian previamente el acontecimiento, poniendo con ello en aviso al público que llena las calles y abarrota los balcones del recorrido.

Previamente en el “mueco” donde se encuentra, se procede a colocarle una larga maroma enganchada a sus astas. La salida del morlaco es espectacular y es uno de los momentos de más emoción y vistosidad de la carrera. Centenares de mozos y mozas cogidos a la maroma conducen al toro hasta el matadero, donde es sacrificada la res al concluir su recorrido. El toro enmaromado de Benavente está también reconocido como Festejo Taurino Tradicional.

Durante estos días toda una variada oferta de espectáculos completa la programación festiva, encierros urbanos, verbenas populares, festivales pirotécnicos, desfiles y pasacalles, etc. Goza de gran animación la salida para ir a buscar al toro hasta su ganadería, acompañando al astado en caravana hasta la ciudad. Durante la misma tiene lugar una fiesta campera.

Los llamados “Toritos del Alba” son otro de los componentes festivos que contribuyen a aportar gran participación a la proyección y futuro de la fiestas. Espectáculos pirotécnicos como los llamados Toros de fuego ponen luz y diversión a la noche benaventana.

Origen de la Fiesta

La tradición taurina de Benavente es muy antigua, ya en el siglo XV se encuentras las primeras referencias a diversos festejos que tenían como protagonista al toro (encierros, toros a la jineta, toros alanceados, etc.) y que tienen lugar en las festividades de San Juan de Junio y Nuestra Señora de agosto. El festejo del Toro Enmaromado estuvo vinculado en el pasado a la Festividad del Corpus, que en Benavente desde el siglo XV y XVI se celebró siempre con gran esplendor. En este contexto festivo surge a finales del siglo XVII como un elemento que se incorpora a las fiestas del Corpus, concretamente se viene a realizar dentro del conjunto de actos que componen estas celebraciones la víspera del Corpus.

Es en las últimas décadas del siglo XVII, cuando comienza a hacerse presente en las partidas correspondientes a los gastos de las fiestas del Corpus el “buey enmaromado”, especialmente en relación con las propinas que se daban a los zangarrones y mozos que los conducían o guiaban en su recorrido. Era muy frecuente en estos siglos celebrar juegos de toros y diferentes suertes con los toros que iban destinados al matadero. Estas referencias continúan durante la primera mitad del siglo XVIIII. Entendiendo por buey una res morucha o de relativa bravura. Precisamente será el “obligado del abasto de carne” o particular que tomaba en arriendo el matadero de la villa por un año, quién se comprometía como una cláusula de sus obligaciones a proporcionar un toro de estas características, para que fuese corrido sujeto a una larga soga por las calles de Benavente.

A mediados del siglo XIX, con la supresión de la figura del obligado del abasto, la adquisición del mismo pasará por diversos avatares que hacen peligrar la continuidad del festejo. Así en algunos momentos para sufragar el coste del mismo se comienza a subastar la res una vez muerta. En diferentes momentos durante el siglo XIX numerosos avatares y acontecimientos de todo tipo afectan al festejo, corriendo incluso el riesgo de desaparecer (guerras, revoluciones, crisis, económicas, falta de caudales para festejos, etc.)pero la voluntad de los benaventanos consigue que pese a ello la tradición continúe. Otro aspecto que viene a incorporarse al mismo durante las últimas décadas del siglo XIX es de, pues la carne del toro pasa a repartirse entre los menesteroso y necesitados. Tras una supresión temporal de este festejo, durante las primeras décadas del siglo XX, esta tradición retorna con gran con fuerza a finales de los años treinta del mismo, celebrándose hasta la actualidad con gran arraigo y participación como una de las señas de identidad local.

En torno a la fiesta surgirá ya en tiempos contemporáneos una leyenda que se trasmitirá de padres a hijos hasta nuestros días, y según la cual un hijo de los condes de Benavente que paseaba por las afueras de la villa fue muerto por un toro bravo de las ganaderías que éstos poseían. Para rememorar este acto los padres del infante dispusieron que todos los años se corriese un toro enmaromado por las calles de Benavente. Aunque se trata de una leyenda sin visos de verosimilitud alguna se ha trasmitido oralmente hasta nuestros días, formando parte ya del acervo de la cultura popular de la localidad

Audioguía

Peñas del Toro Enmaromado

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